El ajustado triunfo del "No" en el referendo constitucional del
2 de diciembre de 2007 obligó a Hugo Chávez a ensayar algunos
gestos de apertura y moderación. En su discurso ante la Asamblea
Nacional, el presidente admitió graves déficits de gestión, sobre
todo en áreas sensibles como la seguridad y el abastecimiento
alimentario, y dispuso un cambio de gabinete que parece
orientado a inyectarle eficiencia a su gobierno. Sin embargo, no
ha abandonado su estilo confrontativo, tanto con la oposición
interna como en materia de política internacional, y tampoco parece
decidido a que el Partido Socialista Unido de Venezuela se convierta
en una fuerza pluralista y democrática. En suma, algunos cambios
y rectificaciones que no alteran en esencia su plan de avanzar
hacia el «socialismo del siglo XXI».
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