Desde finales del siglo pasado, los movimientos de personas alrededor del mundo se han
visto incrementados de forma importante. Es por ello que, para estudiar y poder entender
mejor cómo operan las actuales movilidades migratorias, debemos abordarlas atendiendo a
las múltiples dimensiones económicas, políticas, relacionales y afectivas que atraviesan
dicho fenómeno, así como enmarcarlas en el contexto globalizador que les da forma y
sentido. De estas diferentes dimensiones, en este trabajo pretendemos centrarnos en
aquellos cambios que, de mano de las tecnologías de la información y la comunicación, por
su papel fundamental en la configuración de redes y conexiones transnacionales, se han
generado en nuestras formas de relación y de hacernos presentes a pesar de las distancias
geográficas.
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