La política ecuatoriana posterior al retorno a la democracia, en 1979, tiene dos momentos claves: el anterior al presidente Correa y el que se inaugura con la llamada "Revolución Ciudadana". Nada es igual después de Correa y seguramente el recuerdo de su gestión será difícilmente borrado de la memoria de la ciudadanía, al menos durante las próximas décadas. Correa ha roto con la tradición del presidente que a pocos meses de su mandato ostenta niveles muy bajos de aprobación, también ha desbancado en buena medida a la llamada "partidocracia", aunque se ha nutrido en los inicios de su gestión de algunas de sus figuras más excelsas; en fin, la comprensión de la política ecuatoriana tiene un antes y un después del presidente Correa. Muchos aciertos pero también limitaciones importantes han marcado su gestión; no obstante, a criterio de la población el balance sigue siendo favorable al jefe de Estado.
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