En 1963 América Latina dejó de ser una región con población predominantemente rural y campesina para pasar a ser una urbana y citadina. La población urbana tiene un crecimiento sin precedentes que va del 61 % en 1950 al 82 % en el año 2010, mientras correlativamente se vive una reducción de población en el campo: de 59 % a 18 % en el mismo período, lo cual acarrea una disminución general de las tasas de urbanización: si en 1950 la tasa fue de 4,1 % anual, para 2010 llegó a 2,1 %.
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