Desde una perspectiva que destaca aspectos de la condición social de los
jóvenes (nivel socioeconómico, edad, sexo), se aborda el problema de su acceso a la educación superior y de sus expectativas en relación con el empleo, la obtención de conocimientos, el establecimiento de relaciones sociales, y ganar dinero; en referencia a un contexto marcado por las exigencias de la sociedad del conocimiento y por procesos de exclusión social que hacen de la educación un medio insoslayable de creación de capacidades y un requisito para la inserción en el mundo del trabajo, al tiempo que un dispositivo que reproduce las formas tradicionales y nuevas que asume la desigualdad social.
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