En la actualidad, el panorama geopolítico presenta nuevos actores, razón por la cual ya no se puede hablar de un sistema mundo bipolar, de centros y periferias (Wallerstein 1, retomando conceptos del marxismo) y con un polo capitalista y uno comunista, como hasta la caída del Muro de Berlín. Hoy vivimos en un mundo multipolar, donde la hegemonía es disputada por fuerzas clásicas, como Estados Unidos y Europa, y otras de tipo emergentes, como los denominados "tigres asiáticos" (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que son economías y mercados muy trascendentes. En consecuencia, las relaciones internacionales están marcadas por estos nuevos protagonismos. La globalización conlleva, inevitablemente, una interdependencia entre todos los Estados y las regiones, siendo inútil, en este punto, discutir si este proceso es conveniente o no. De hecho, es tiempo de desarrollar nuevos conceptos acorde al momento de posglobalización en el cual estamos, analizando los retos que ello impone para proponer los escenarios más deseables para nuestros países.