Durante gran parte del siglo XX, el término convivencia se empleó en el ámbito de las relaciones internacionales y la ciencia política para hacer alusión a las relaciones pacíficas, aunque limitadas, entre los estados. Esta expresión se utilizó más frecuentemente en el contexto de la Guerra Fría y las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética. A fines de 1980, la política de convivencia pacífica abarcaba principios como "no agresión, respeto por la soberanía, independencia nacional y no injerencia en los asuntos internos."
|