La peculiaridad de la historia de Occidente está en que la barbarie en que ha desembocado no se debe a una "decadencia" de su principio civilizatorio (como lo pensaba Spengler, al describir el debilitamiento de lo "fáustico") sino precisamente a lo contrario, al despliegue más pleno de ese principio. (En sus Tesis sobre el materialismo histórico, que inspiran en mucho a Horkheimer&Adorno, Walter Benjamin dejó dicho: la barbarie del fascismo no viene a interrumpir el progreso, sino que es el resultado de su continuación.
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